Editorial de L. Ronald Hubbard, Autor de Éxitos Editoriales Internacionales del New York Times

Octavo ACC Americano

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Desde el inicio de los Cursos Clínicos Avanzados, L. Ronald Hubbard había estado desarrollando procesos que pudieran enseñarse, que los auditores pudieran aplicar. Por consiguiente: “Ahora sabemos cómo y exactamente qué enseñar para hacer auditores”. Por lo tanto, el Octavo ACC empezó con conferencias grabadas de ACC anteriores, que abarcaban los fundamentos centrales que acompañan el estudio de La Creación de la Capacidad Humana. Con las 26 conferencias que el señor Hubbard impartió después en este ACC, se estaba asegurando de que cada auditor conociera sus datos con toda certeza. De manera específica, la Ruta 1 y la Ruta 2 del Procedimiento Intensivo, para hacer posible que cualquier preclear operara exteriorizado, y el señor Hubbard enfatizó la certeza en la aplicación: “La ciencia que están estudiando en este momento es la experiencia que debe encontrarse en la vida y con la vida, en su acción sobre cualquier universo. Eso está en Scientology. Ése es el alcance amplio de Scientology: Es la experiencia que debe encontrarse en cualquier vida en cualquier universo. Y ésos son los cincuenta Axiomas. Son Axiomas muy importantes, y deberían repasarlos con mucho cuidado”. Y esos auditores ciertamente los repasaron con mucho cuidado. Pues el poder de los procedimientos de auditación era tan grande que los preclears con quienes se aplicaron iban a desarrollar esos Axiomas de Scientology (una comprensión de la vida misma) por sí mismos.

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Más Sobre Octavo ACC Americano

¡No tocas para tu propio placer! En cualquier momento en que empieces a tocar para tu propio placer, o a vivir para tu propio placer, has dejado de vivir.

Y también, por extraño que parezca, dejas de tocar. Porque aquí hay algo más que es increíble: tu capacidad es sólo tan buena como creas que puedes producir un efecto, y es tan buena como la distancia a la que crees que puedes alcanzar. ¿Lo entienden?– L. Ronald Hubbard

Había transcurrido apenas un año desde el lanzamiento del Primer ACC. Tras la publicación del Manual del Auditor en el Séptimo ACC y con el establecimiento de un nuevo plan de estudios de entrenamiento de Auditor Profesional, ahora existían procedimientos con los que cualquier auditor bien entrenado podría devolverle a un ser unas capacidades y libertades que antes de Scientology únicamente se soñaban. De igual significado, el camino ahora estaba abierto de par en par para la diseminación y la aplicación de esos avances sensacionales. Pues que no quepa duda respecto a dónde había estado puesto el enfoque central de L. Ronald Hubbard durante esos doce meses. No en el descubrimiento de procesos que funcionaran (incluso los procesos de antes de 1950 funcionaban en manos del propio señor Hubbard) sino en procesos que, en sus propias palabras, pudieran enseñarse.

Con esa finalidad, el 4 de octubre de 1954, abrió el Octavo Curso Clínico Avanzado Americano. Era un ACC del cual declaró:

“La Octava Unidad está recibiendo un tipo de tratamiento distinto. Ahora sabemos cómo y exactamente qué enseñar para hacer auditores”.

Los estudiantes que entraron a la sala de curso en el número 806 de la calle North 3rd, en Phoenix, pronto vieron lo que quería decir eso, pues el señor Hubbard de inmediato les informó de que iban a estar tomando un curso de ocho semanas en las primeras dos semanas del nuevo ACC. Y rompiendo con la práctica acostumbrada de los ACC, ese estudio concentrado de dos semanas consistiría en cintas grabadas de L. Ronald Hubbard. Específicamente, conferencias seleccionadas por el señor Hubbard de entre el conjunto de Cursos Clínicos Avanzados (y que pronto incluirían un nuevo Curso Profesional y que más tarde se publicarían como las conferencias de Phoenix) abarcando los principios vitales y los avances sensacionales que acompañaran al estudio del Manual del Auditor.

Y cuando hablamos del Manual, era un texto de curso inmensamente expandido a partir de los 29 procesos originales. Cariñosamente llamado por los estudiantes del ACC como “El Libro”, y pronto publicado como La Creación de la Capacidad Humana, había aumentado a más de 70 procesos para cuando terminó el curso. Y con las 26 conferencias que entregó especialmente para este ACC, se estaba asegurando, intensamente, de que todo auditor supiese sus datos al dedillo.

Concretamente, la Ruta 1 y la Ruta 2 del Procedimiento Intensivo: procesos que capacitan a un preclear para funcionar exteriorizado. Aquellos que prácticamente no tuvieran retardo de comunicación y pudieran exteriorizarse con facilidad iban directamente a la Ruta 1; y después hacían entera la Ruta 2 mientras estaban exteriorizados. A los preclears con un largo retardo de comunicación se les ponía primero en la Ruta 2, una serie de procesos diseñados para producir la exteriorización. Cuando completaban la Ruta 2, se pasaba a esos preclears a la Ruta 1.

Teniendo en cuenta el énfasis en la aplicación, sólo se podía esperar que el programa fuera exigente. Una edición del Diario de Scientology de fines de octubre de 1954 describió el Octavo ACC conforme estaba en marcha:

“Las actividades diarias comienzan a las 8:00 A. M., cuando los estudiantes llegan a clase con la lengua fuera con una taza de café en una mano y una dona en la otra. Se derrumban en una silla listos para empezar la programación diaria, que hace un descanso a las 11:30 A. M., para comer y se reanuda a las 12:30 P. M., para más instrucción, auditación o demostraciones. A las 2:00 P. M., van al trote hasta el salón principal de conferencias, que queda a una cierta distancia de allí, para la conferencia que imparte LRH. Tras la conferencia hacen una rápida incursión a la cafetería Snappy Grill por un café... 1 minuto y 45 segundos justos. Después prosigue la programación que hace un alto a las 5:30 P. M. y se reanuda a las 7:00 P. M. para audiciones de conferencias hasta las 10:00 P. M., cuando los estudiantes se van arrastrando a sus casas....Que no quepa duda, el Curso Clínico Avanzado no es un camino de rosas, pero los estudiantes están orgullosos de ser parte de él”.

Pues a fin de cuentas, lo que L. Ronald Hubbard estaba enseñando a esos auditores del ACC era certeza. Como él les expuso:

“La ciencia que estáis estudiando ahora mismo es la experiencia que va a encontrar la vida y que se va a encontrar con la vida en su acción sobre cualquier universo. Eso está en Scientology. Ése es el alcance amplio de Scientology: Es la experiencia que debe encontrar cualquier vida en cualquier universo. Y ésos son los cincuenta Axiomas. Son Axiomas bastante importantes, y deberían repasarlos con mucho cuidado”. ¡Vaya si esos auditores los repasaron con mucho cuidado! Pues el poder de los procedimientos de auditación era tan grande que los preclears con quienes se aplicaron iban a desarrollar esos Axiomas de Scientology (una comprensión de la vida misma) por sí mismos.

Puesto que lo que se estaba enseñando trascendía con mucho los límites físicos de una sala de curso situada en Phoenix, Arizona, a fines de 1954, el señor Hubbard en realidad estaba volviendo a seguir y reinstruir todos y cada uno de los principios y avances sensacionales desarrollados durante el año anterior, lo que incluía:

  • Tiempo: cómo “Debe ocurrir de nuevo”, y “No debe ocurrir de nuevo” son los dos postulados que hacen tiempo;
  • Interés: exactamente cómo tiende un puente entre las consideraciones y las mecánicas;
  • Havingness: por qué los engramas se vuelven más difíciles de agotar cuando ocurre una pérdida de havingness;
  • Problemas: cómo un individuo desarrolla un tremendo apetito de problemas y se pone él mismo “interesante” mediante inventarlos;
  • ¿Qué Harías Si…?”, un periodo completo de Preguntas y Respuestas dedicado a resolver escenarios de auditación, como una señora anciana con una extraña enfermedad, cuando se tiene sólo una hora para auditarla.

Y si el horario era intenso, y el entrenamiento más riguroso que nunca antes, L. Ronald Hubbard a pesar de ello prosiguió con sus programas paralelos para expandir Scientology en la esfera pública. Comenzando en octubre y continuando sin interrupción hasta el siguiente mayo, impartió un amplio conjunto conferencias públicas y sesiones de Procesamiento de Grupo. En realidad, fue duranteestas conferencias que el señor Hubbard presentó su exposición clásica sobre responsabilidad: "Lo Incorrecto es no hacer Nada”. Y mientras que la publicidad de boca en boca de esas conferencias hizo necesaria la adición de varios edificios nuevos para acomodar la expansión, el Octavo ACC también condujo a algo mucho más grande que nuevos locales: es decir, el avance sensacional que iba a marcar el Noveno ACC y el pleno descubrimiento y sistematización del elemento crucial que subyace a toda auditación con éxito.

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